Un problema relativamente común de hoy en día. Te diremos como puedes resolverlo.
Si tu hija o hijo no quiere estudiar no necesariamente es vago, torpe o rebelde. Desecha estas etiquetas y descubre cómo ayudar a tu hijo a recuperar la motivación.
No solo es importante que los menores vayan al colegio, sino también que saquen provecho de su educación para enriquecerse personalmente y forjarse un buen futuro. Por ello, cuando un hijo no quiere estudiar, es normal que sus padres se preocupen y los conflictos en el hogar se vuelvan una constante. Sin embargo, es necesario comprender las razones detrás de esta falta de interés para poder ayudar al niño.
Generalmente se asume que el menor es perezoso, vago o irresponsable. Así, se le juzga y se le critica, se le castiga o se le amenaza tratando de que cumpla con sus deberes escolares. Paradójicamente, estas actitudes suelen perpetuar el problema ya que lo que se necesita es comprensión y herramientas claras para pasar a la acción desde un prisma diferente. Te contamos más al respecto en las siguientes líneas.
¿Por qué mi hijo no quiere estudiar?
Seguramente te hagas esta pregunta cada vez que tienes que discutir con tu hijo para que se ponga con sus tareas escolares, o cuando llega con un examen suspenso. ¿Por qué no quiere estudiar?, ¿por qué no comprende que es su deber? Normalmente, las razones van más allá de la simple pereza o la rebeldía, por ello conviene plantear las siguientes posibilidades:
Falta de motivación
Todos los niños tienen una curiosidad innata y un deseo por explorar el mundo y descubrir acerca de él. Desafortunadamente, el sistema educativo suele opacar esa tendencia natural. Quizá tu hijo es incapaz de escribir una redacción de una página y, en cambio, puede escribir cinco páginas de un blog sobre un tema de su agrado, y es que la motivación es nuestro motor principal.
Evidentemente, durante el periodo formativo hemos de aprender acerca de diversos temas y no todos llamarán nuestra atención, pero un cambio de enfoque puede marcar la diferencia. Las lecciones teóricas, monótonas y desconectadas de sus aplicaciones en el mundo real generan desinterés.
Miedo al fracaso
Si tu hijo no quiere estudiar, quizá sea porque teme no poder rendir adecuadamente. En ocasiones, los retrasos en el desarrollo o los problemas de aprendizaje hacen que a los niños se les dificulte comprender la materia y cumplir con sus tareas.
Pero incluso si no existe ningún trastorno, la baja autoestima o el perfeccionismo pueden llevar a los menores a desatender sus tareas escolares. Y es que “no apruebo porque no estudio” puede ser más fácil de asumir que “pongo todo mi esfuerzo y aún así no lo consigo”.
Situaciones personales conflictivas
No podemos obviar el hecho de que las circunstancias personales afectan al estado de ánimo, y este regula nuestra predisposición y capacidad para cumplir y funcionar en el día a día.
Si tu hijo no quiere estudiar, opta por el acompañamiento y no por la crítica
Aunque en la desesperación nuestro primer impulso sea culpar, juzgar y criticar, tratemos de controlarlo y de mostrarnos dispuestos a escuchar. Procura comprender los motivos de tu hijo sin juzgarle, para poder así acompañarle en el proceso.
No lo etiquetes como vago, irresponsable o malo en los estudios, pues esto perpetuará la situación y dañará su autoestima; en cambio, ayúdale a realizar los cambios necesarios.
Si sientes que no sabes por dónde comenzar, no dudes en buscar apoyo profesional. Un psicólogo especializado en niños y adolescentes puede ayudaros a encontrar la causa y ofrecer herramientas para reconducir la situación.
En el Instituto Educativo Ijgra manejamos un acercamiento constante con los padres y alumnos si detectamos que hay una baja motivación. Para nosotros cada alumno es diferente y por ello nuestro sistema educativo esta centrado en los alumnos con el apoyo de sus padres.